Candidiasis Vulvovaginal

CANDIDA ALBICANS
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La candidiasis vulvovaginal es una enfermedad inflamatoria
de la vulva y la vagina causada por una especie de hongo llamado Candida.
Se estima que una de cada cuatro vulvovaginitis infecciosa
es candidiásica y, de ellas, alrededor del 90% está producida por Candida
albicans
. El 10% restante está producida por especies no albicans como Candida
glabrata, Candida tropicalis o Candida krusei. 
Algunos estudios publican porcentajes de candidiasis
asintomática
entre el 10 y el 20% de las mujeres y que alrededor del 75% de la
población femenina padecerá, al menos, un episodio de vulvovaginitis
candidiásica a lo largo de su vida.
Se barajan dos situaciones que pueden producir la
candidiasis vulvovaginal clínica: la colonización y multiplicación de estos
hongos en vulva y vagina de novo, provenientes de la mucosa intestinal donde se
pueden detectar en condiciones normales, o la proliferación masiva de estos
patógenos que previamente invadieron la vagina sin producir síntomas.
Hay diversos factores capaces de desencadenar la aparición
de una candidiasis vulvovaginal aguda:
  • Diabetes mellitus mal controlada
  • Tratamientos con antibióticos de amplio espectro
    o tratamientos inmunosupresores
  • Embarazo
  • Enfermedades que cursen con alteraciones del
    sistema inmunitario

Clínicamente se caracteriza por la aparición de una
secreción vaginal blanquecina grumosa, con aspecto de yogur, picor y escozor
vulvovaginal, dolor con la micción o el coito y enrojecimiento vulvar y
vaginal.

Aunque a las mujeres que presentan un cuadro clínico florido
que no ofrece dudas en cuanto a la presencia de candidiasis vulvovaginal
resulta razonable realizar un tratamiento empírico, es recomendable realizar
una exploración con o sin pruebas complementarias ya que una de las causas más
frecuentes de fallo terapéutico en el caso de las vulvovaginitis es el
diagnóstico erróneo. La prueba confirmatoria sería la práctica de un cultivo
vaginal
que detectaría el tipo de Candida que está provocando la inflamación
vulvovaginal.
En lo referente a los tratamientos, cabe destacar que
existen tratamientos antifúngicos orales o intravaginales, en dosis única o
dosis múltiple y que cualquiera de estas formas de tratamiento se ha mostrado
eficaz en la resolución del cuadro clínico.
Dra. María Rita Espejo Catena
Directora de Instituto FIVIR


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