Tabaco y fertilidad

La última Encuesta Nacional de Salud en España, publicada en 2006, revela que casi uno de cada tres españoles mayores de 16 años consume diariamente tabaco y que, según la Organización Mundial de la Salud, esta adicción es la primera causa evitable de enfermedad, invalidez y muerte prematura en el mundo.

Junto a ello, se sabe que el tabaquismo tiene efectos negativos sobre la función reproductora, tanto masculina como femenina y que estos efectos se producen también en fumadores pasivos.
En términos generales, el tabaco retrasa la consecución del embarazo, aumenta el número de parejas estériles y reduce a la mitad las posibilidades de gestación tras tratamientos de reproducción asistida. Es más, el tabaco durante la gestación, va a reducir las posibilidades reproductivas del futuro hijo/a, reduciendo la concentración de espermatozoides, el volumen testicular y aumentando la incidencia de esterilidad de origen femenino.
El varón fumador, activo o pasivo, puede presentar alteraciones de la función eréctil, (traducción de trastornos cardiovasculares relacionados con el consumo de este tóxico), una reducción significativa del número, movilidad y normalidad espermática, y un incremento en el número de espermatozoides con alteraciones genéticas.
Se sabe que, en la mujer, el tabaco disminuye la reserva ovárica, adelantando entre dos y tres años la edad de la menopausia con respecto a las no fumadoras, con todo lo que esto supone de cara a su pronóstico reproductivo en una sociedad en la que la edad de concepción del primer hijo se va incrementando progresivamente.
Sobre el embarazo, la adicción tabáquica aumenta hasta 4 veces el riesgo de un embarazo extrauterino ya que la nicotina es capaz de alterar la capacidad de la trompa de Falopio para contraerse. Esto enlentece el tránsito tubárico, dificultando el paso del embrión hasta el útero y permitiendo la implantación del embrión en una localización atípica.
Un dato a tener en cuenta es que el tabaco duplica la frecuencia de abortos, y que este dato se ha asociado incluso a mujeres fumadoras pasivas.
Además, el tabaquismo durante el embarazo puede tener efectos muy graves sobre el propio feto ya que se reduce la oxigenación fetal y se producen, entre otros, retrasos de desarrollo con pesos bajos al nacimiento, aumento del riesgo de muerte fetal intraútero y de muerte súbita del lactante, partos prematuros, desprendimientos placentarios y mayor frecuencia de algunas malformaciones congénitas.
Como se ha podido leer, el tabaquismo, activo y pasivo, es un problema de salud pública del que muy pocos conocen las repercusiones que tiene en la esfera reproductiva y en los resultados de los tratamientos de reproducción asistida. Es por ello que sería recomendable que todos aquellos (hombres y mujeres) que se plantean una paternidad/maternidad, abandonaran este hábito adictivo para aumentar las posibilidades de gestación.


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