Síndrome del folículo vacío

La estimulación ovárica que se realiza en los tratamientos de reproducción asistida tiene como finalidad el desarrollo de múltiples folículos que permitan la obtención de un número suficiente de ovocitos maduros para ser fecundados.
Suele ser un proceso cuya duración es variable en función del protocolo de tratamiento que se aplica o las características de las pacientes, y que culmina con la maduración final del óvulo mediante la administración de la gonadotropina coriónica humana (hCG).
Este último paso, además, es esencial para que puedan extraerse óvulos durante la punción-aspiración folicular y determina el momento en que ésta debe realizarse.
Ocasionalmente sucede que, tras la punción, no se obtienen ovocitos o que su número es muy inferior al número esperado en función de la respuesta que se ha evidenciado ecográfica y analíticamente.
Esta situación recibe el nombre de síndrome del folículo vacío, descrito por primera vez por Coulam en 1986 en una mujer con infertilidad de causa desconocida.
Este síndrome se considera un evento esporádico, con una incidencia baja (hasta un 7% de los tratamientos) pero con un riesgo que se incrementa con la edad de la paciente (24% en mujeres de 35-39 años y 57% en mayores de 40 años).
La no recuperación de ovocitos durante la punción ovárica no predice una reducción de la fertilidad ya que, en la mayoría de los casos se produce una recuperación de ovocitos exitosa en ciclos posteriores. Esto nos conduce a pensar que el síndrome del folículo vacío está íntimamente relacionado con un desarrollo folicular anormal puntual.
Sus causas permanecen desconocidas, no existen factores predictivos claros y son muchas las hipótesis sobre los mecanismos que conducen a este síndrome.
Se postula que puede deberse a un error en la administración/dosificación de la hCG, una susceptibilidad individual diferente al efecto de esta hormona, una punción ovárica programada antes de completarse el efecto de esta misma hCG (que debe realizarse alrededor de las 36h de su administración) o como expresión de una alteración en el desarrollo/maduración folicular con una degeneración o muerte ovocitaria precoz y una respuesta hormonal aparentemente normal.
Lamentablemente, este síndrome tiene un diagnóstico a posteriori, con una gran carga psicológica para las parejas implicadas.
Dª Verónica Sáez Martínez. Licenciada en CC. Biológicas. Máster en Biotecnología de la Reproducción Humana Asistida.
Dra. María Rita Espejo Catena. Especialista en Ginecología y Obstetricia. Máster en Reproducción Humana.


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