¿Se puede conservar la fertilidad femenina?

Se sabe que la edad afecta a la
capacidad reproductiva de ambos sexos, pero es mucho más importante en la mujer,
que cuenta con una cantidad limitada y decreciente (tanto en número como en
calidad) de células reproductoras. 

Según los últimos datos del
Instituto Nacional de Estadística (INE), la edad media a la que una mujer
española da a luz su primer hijo supera los 30 años, es decir, alrededor de 5
años más que en la década de los 70.
¿Cuál es la razón de este
incremento?
Es indudable el efecto de los
métodos anticonceptivos, que permiten la planificación de la maternidad y la
paternidad.
Pero también han sido importantes
los cambios sociales de la mujer en los países occidentales: la incorporación
masiva al mercado laboral, la búsqueda de una estabilidad profesional y
económica son factores que han contribuido a demorar la búsqueda de un
embarazo.
Con todo ello, los problemas de
esterilidad se han incrementado en las últimas décadas, aumentando el número de
parejas en edades reproductivas límites que desean completar su deseo genésico,
y para las cuales, en ocasiones, la única alternativa es la incorporación a un
programa de donación de ovocitos.
¿Existe alguna forma de disminuir
el impacto de la edad sobre la fertilidad de la mujer que postpone la
maternidad?
En los años 80 se pusieron en
marcha diferentes estudios sobre la eficacia de métodos de congelación de
ovocitos que pudieran permitir su conservación.
Aquellos primeros estudios
mostraban una supervivencia celular muy baja, con desarrollo embrionario
deficiente y bajas tasas de gestación, 
todo ello debido a que los ovocitos son células de gran tamaño, con gran
contenido en agua y en los que se formaban cristales durante el proceso de
congelación que destruían con gran facilidad las estructuras celulares.
Estas razones condicionaban las
indicaciones de la congelación ovocitaria, reservándose para condiciones
especialmente extremas, como la existencia de enfermedades cancerígenas.
En los últimos 10 años una nueva
técnica ha permitido obtener tasas de supervivencia ovocitaria próximas al
100%. Se trata de la vitrificación, un método de congelación rápida en la que
se evita la formación de cristales de hielo y que se aplica tanto a ovocitos
como a embriones.
La introducción de esta nueva
técnica y los buenos resultados que nos ofrece, con tasas de embarazo en
tratamientos de reproducción asistida semejantes a las obtenidas con ovocitos
“en fresco” nos permite valorar la vitrificación de ovocitos en pacientes con
patologías benignas que pueden reducir la fertilidad futura de una mujer (por
ejemplo, en la endometriosis) y también por razones sociales, es decir, razones
educacionales (completar estudios), la consolidación de una carrera profesional
o simplemente por no haber encontrado la persona con quien compartir una
relación estable.


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