Repercusión de la edad paterna en la salud de los hijos

Todos conocemos que la edad materna está asociada a un mayor
riesgo de hijos con alteraciones genéticas como por ejemplo el síndrome de Down,
y que a lo largo de las últimas décadas se han implantado técnicas cada vez más
eficaces para la detección precoz de estos trastornos.
Respecto al varón, y aunque siempre se ha sospechado que podría
pasar algo similar, no ha sido hasta hace relativamente poco tiempo que se sabe
que la edad avanzada se asocia, en la descendencia, a una mayor prevalencia de
esquizofrenia, autismo, enfermedad de Alzheimer, algunos cánceres y
determinadas patologías de origen genético, todo ello relacionado con
mutaciones genéticas puntuales en los espermatozoides, que son más frecuentes
conforme mayor es la edad del padre.
Recientemente se ha publicado un estudio danés que ha
incluido a casi 600.000 nacidos vivos entre los años 1978 y 2004 (“Advanced
paternal age and mortality of offspring under 5 year of age: a register-based
cohort study” S.K. Urhoj)
En este estudio se concluye que, además, los nacidos de
padres mayores de 40 años tienen un mayor riesgo de fallecer antes de los 5 años
debido a una mayor prevalencia de malformaciones o enfermedades malignas.
A la vista de estos resultados y, aunque hay un largo camino
por recorrer para la identificación de la genética asociada a muchas de estas
enfermedades, deberíamos promover el interés por el desarrollo de programas de
cribado en estos embarazos de la misma forma que se realizan en casos de edad
materna avanzada, una necesidad que se vuelve imperiosa cuando constatamos que,
al igual que en la mujer, la edad media del varón que tiene hijos es cada vez
mayor.


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