¿Qué se considera una amenaza de aborto?

La pérdida de un embarazo deseado obedece en la mayoría de los casos a una selección natural y, sin duda, es uno de los
desenlaces más dramáticos al que se enfrenta la mujer y también la obstetricia.
La tasa de aborto en los humanos es elevada en comparación con otras especies.
Y el mayor periodo de riesgo en una gestación se sitúa con claridad durante los
primeros meses del embarazo. De hecho, se denomina aborto espontáneo a la pérdida
involuntaria de un embarazo antes de la semana 20 de gestación o cuando el feto
tiene un peso inferior a 500 gramos.

Cualquier sangrado en el primer trimestre se considera
amenaza de aborto. Y cuando esto ocurre, se recomienda reposo, abstenerse de
mantener relaciones sexuales y en algún caso se procederá a la administración
de progesterona por vía vaginal.

En cualquier caso, un sangrado en los primeros meses del
embarazo no siempre implica un fatal desenlace para el mismo. Una mujer
embarazada debe tener en cuenta que
puede producirse un ligero sangrado durante las relaciones sexuales sin mayores
implicaciones. También debe prestar especial atención al color del sangrado: si
éste es de color rojo implica que la sangre es reciente y debe diferenciarse
del color marronáceo, que evidencia un sangrado antiguo que se muestra tiempo
después.

El aborto, aun siendo un acontecimiento traumático,
emocional y físicamente, no deja de ser un proceso de selección natural, es
decir, un control de calidad que se realiza sobre el embrión que se ha
originado. Y esto es debido a que la mayor parte de los abortos se
producen como consecuencia de alteraciones genéticas que se presentan en el
ovocito, en el espermatozoide o durante las primeras etapas del desarrollo
embrionario.

Aunque suelen ser procesos fortuitos que ocurren de manera
aleatoria, tres o más abortos suelen ser motivo para recomendar un estudio
y evaluar la existencia de factores predisponentes.


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