¿Qué es el fallo de implantación y qué hacer?

La definición ha variado con los años al ritmo de los usos
en los tratamientos de medicina reproductiva. Pero en líneas generales, se
habla de fallo de implantación cuando no se logra un embarazo tras distintas
transferencias de embriones de buena calidad
.
El ser humano se reproduce con poca eficacia incluso en la
mejor de las situaciones. Y aunque cuando se llega a un tratamiento de
reproducción asistida, muchas pacientes creen que lograrán el embarazo con casi
completa seguridad, la realidad es bien distinta. La medicina reproductiva
aumenta significativamente las opciones de lograr un embarazo
y cada día
consigue gracias a distintos tratamientos que mujeres y parejas que no tendrían hijos de forma natural, alcancen
su sueño. Y por más que la eficacia es cada día mayor, no es ni mucho menos
infalible
.
Antes de iniciar un tratamiento, los pacientes se someten a
diversas pruebas que facilitan un diagnóstico, lo que permite a los
especialistas aconsejar el camino a seguir y tomar las decisiones más convenientes
para lograr un proceso con un final feliz. Pero si éste se retrasa, hay que
volver a evaluar la situación y poder proponer alternativas a los pacientes.
Pruebas como una histeroscopia, para ver con más detalle el útero de la futura
madre, o el Screening Genético Preimplantacional (S

GP) al embrión pueden
aportar luz sobre un eventual problema aún por diagnosticar.

El camino para lograr tener un hijo es a menudo serpenteante
y agotador. Factores que deben tener muy presente los profesionales de este
sector porque el factor anímico es, sin duda, fundamental para lograr el
objetivo final de tener un hijo. Cada día damos mejor respuesta a problemas que
solo hace unos pocos años eran infranqueables. Y nos empeñamos de forma tozuda
en seguir en esa línea.


×
Ir al contenido