La importancia del peso en el embarazo

Casi todos cometemos excesos gastronómicos durante las
fiestas navideñas y subimos algún o algunos kilos de más. Pero las fiestas han
terminado y es tiempo de ponerse las pilas, de volver a la normalidad, de
controlar de nuevo la alimentación y de realizar algún tipo de ejercicio. Estos
consejos son aplicables a toda la población pero deben ser observados y
seguidos con especial mimo por las mujeres que quieran quedarse embarazadas o
aquellas que ya lo estén.
El peso es un factor que se tiene muy en cuenta durante el
embarazo. Por un lado, está demostrado que las mujeres extremadamente delgadas
o que sufren una obesidad también extrema ven reducida su fecundidad. En otro
orden de cosas, los especialistas tenemos muy controlado el peso de la mujer
durante la gestación porque es una manera directa de proteger la salud de la
madre y la de su futuro bebé. El aumento excesivo de peso puede derivar en una
diabetes gestacional y en preeclampsia, así como en otros problemas serios para
la salud de la madre y del feto.
Como norma general, se aconseja que las mujeres que quedan
embarazadas con un bajo peso ganar entre 12,8 y 18 kilos; para las que cuentan
con un peso normal, la horquilla que se recomienda oscila entre 11,5 y 16
kilos. En el caso de que la futura madre tenga sobrepeso al quedar embarazada,
el médico le animará a no sumar más de 7 a 11,5 kilos, y si ésta es obesa la
cifra se reduce de 5 a 9 kilos.
Consulta con tu ginecólogo o con tu matrona las

dudas sobre
este tema. Ellos te ayudarán a que tu embarazo transcurra con normalidad.
Aquello de que la mujer embarazada debe comer por dos es cosa del pasado. Si
estás embarazada o quieres estarlo es una buena idea que revises tu
alimentación y que elimines aquellos consumos que pueden ser perjudiciales para
el feto: alcohol y tabaco, principalmente. Por supuesto, el primer paso que
debes dar es empezar a tomar un complemento vitamínico que contenga yodo y
ácido fólico.

Entre los consejos generales, también se recomienda limitar
el consumo de cafeína. Por el contrario, las frutas y verduras son opciones
alimenticias altamente recomendadas, aunque la norma general es garantizarte
una dieta equilibrada en la que incluyas todo tipo de alimentos (carnes rojas,
pescados, legumbres o productos lácteos). Eso sí, todo bien cocinado y en el
caso de la verdura, bien lavada.
Y no te olvides del deporte. Estar embarazada no es sinónimo
de estar enferma. Salvo que tu médico te indique reposo, la práctica de algún
deporte suave te ayudará a controlar tu peso durante los meses de embarazo y te
prepararán para el parto. Caminar o nadar son dos actividades físicas más que
recomendables. Así que a moverse, ya no hay excusa para quedarse sentada en el
sofá.


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