La endometriosis, una patología con grandes incógnitas

Es una
patología benigna pero compromete seriamente la fertilidad de millones de
mujeres en todo el mundo. La
endometriosis es una  enfermedad crónica y evolutiva en la que el tejido
que recubre la cavidad uterina, llamado endometrio, se localiza también fuera
de ella, frecuentemente a nivel de la región pélvica. Este tejido ectópico
responde, igual que el endometrio normal, a las diferentes hormonas que se
sintetizan y liberan durante el ciclo ovárico de forma que va a presentar
pequeños sangrados cíclicos. Pero alrededor de esta enfermedad todavía existen
muchas incógnitas aún en pleno siglo XXI.

Las razones
por las que el tejido endometrial acaba implantándose fuera de su ubicación
habitual no se conocen. Se especula sobre la posibilidad de que pueda migrar
hacia la pelvis durante la menstruación, a través de las trompas de Falopio,
pero no todos los casos en los que se ha evidenciado este hecho sufrirán la
enfermedad. Esta es la teoría más plausible, aunque debe haber otros mecanismos
que ayuden a que esas células puedan sobrevivir fuera de su localización
habitual. También se han descrito diferentes mecanismos como la migración a
través del sistema linfático o venoso o la capacidad de determinadas células de
otros tejidos de transformarse en células endometriales. Lo cierto es que
ninguna teoría se ha podido confirmar.
¿Qué síntomas sufre una mujer afectada
por endometriosis?
Aunque puede haber pacientes sin síntomas, la clínica
más frecuentemente asociada a esta enfermedad es el dolor: dolor durante la
menstruación, durante las relaciones sexuales o incluso dolor pélvico crónico
que puede no responder de forma efectiva al tratamiento farmacológico. Este
síntoma, tan poco específico, así como el hecho de que el diagnóstico de
confirmación sea quirúrgico o anatomo-patológico, es decir, con la constatación
de lesiones visibles mediante cirugía o biopsia de las mismas, hacen que el
diagnóstico y el tratamiento específico de esta enfermedad se establezcan con
un retraso de hasta 7 años.
¿Por qué la mujer que sufre endometriosis ve reducidas
sus opciones de ser madre?
En primer
lugar, porque el dolor durante las relaciones sexuales puede impedir que éstas
se produzcan con normalidad. En segundo, porque la afectación del ovario puede
reducir, por sí mima o por las cirugías de repetición que podrían sufrir, la
reserva ovocitaria. Y por último, porque la endometriosis suele asociarse a
fenómenos inflamatorios y adherencias (cicatrices) entre los órganos pélvicos
que afectarán a la permeabilidad de las trompas de Falopio, su funcionalidad,
su relación con el ovario (y por lo tanto afectar al proceso de captación del
ovocito recién ovulado) y a la unión de ovocito y espermatozoide. Esta
dificultad para conseguir gestación también se ve reflejada en los resultados
de las diferentes técnicas de reproducción asistida, que se encuentran
reducidos con respecto a la población sin endometriosis.
¿Cómo se trata? Como el principal reflejo de la enfermedad es el dolor, suelen ser útiles
los tratamientos con analgésicos antiinflamatorios no esteroideos (naproxeno e
ibuprofeno, los más comunes) ya que inhiben la secreción de una molécula que
está íntima y primariamente relacionada con el dolor. Sus principales efectos
adversos son los derivados de su acción a nivel gastrointestinal. También son
ampliamente recomendados y llamativamente útiles para controlar el dolor
 asociado a la endometriosis los tratamientos hormonales, que aportan un
valor añadido: controlan la evolución de la enfermedad.
Y finalmente
se puede recurrir a la cirugía. El tratamiento quirúrgico de la endometriosis
tiene como finalidad la destrucción de las lesiones visibles o palpables con la
intención de mejorar el dolor y la fertilidad. La utilidad del tratamiento
quirúrgico para el control del dolor es limitada ya que más de un tercio de las
pacientes intervenidas no mejoran o vuelven a presentar dolor a pesar de la
cirugía. Además, respecto al tratamiento quirúrgico de la endometriosis
asociada a esterilidad, cabe decir que es un tema controvertido, ampliamente
discutido en foros médicos nacionales e internacionales, sobre el que hay pocas
actitudes consensuadas y aceptadas de forma genérica.
El
tratamiento quirúrgico previo a las técnicas de reproducción asistida en
pacientes con endometriosis no ha demostrado que mejora los porcentajes de
fecundación, implantación embrionaria ni embarazo por lo que sólo sería
aconsejable la cirugía en aquellos casos que presenten un endometrioma de gran
tamaño que dificultara la extracción de ovocitos.


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