Hierro y anemia

Hierro y anemia

El hierro (Fe) es esencial para la vida ya que no sólo participa en el transporte del oxígeno si no que es fundamental en numerosos procesos metabólicos y energéticos del propio organismo. Además, es indispensable para la síntesis del ADN.

Existe una necesidad diaria de Fe que permita contrarrestar la pérdida que puede producirse como consecuencia de la menstruación o simplemente por la descamación de las células que revisten el tracto digestivo.

El déficit de hierro puede acabar provocando la anemia, un problema de salud pública que produce tanto en países desarrollados como en desarrollo. Se estima que afecta a 1.620 millones de personas, lo que corresponde al 24,8% de la población a nivel mundial.

La mujer en edad fértil tiene una mayor predisposición a presentar déficit de hierro y anemia como consecuencia de pérdidas de sangre abundante durante las menstruaciones, y tanto el déficit como la anemia pueden disminuir la fertilidad femenina o agravarse durante el embarazo.

Uno de los principales problemas que presenta la ingesta de hierro es que no existe una relación directamente proporcional con su absorción, y se ha comprobado que un adulto sano sólo llega a absorber aproximadamente el 10 – 15% del hierro aportado con la dieta.

Hay factores dietéticos que modifican la absorción de hierro, favoreciéndola (vitamina C) o inhibiéndola (calcio, café, por ejemplo)

Cuando nos encontramos con una paciente con déficit de hierro o anemia debemos considerar inicialmente la incorporación de alimentos ricos hierro en la dieta y añadir suplementos de este oligoelemento.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda como tratamiento de primera línea el sulfato ferroso, por su mayor biodisponibilidad, es decir, mayor concentración en sangre tras la ingesta así como por su relación coste/eficacia.

Dra. Marita Espejo Catena. Directora Instituto FIVIR



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