Embarazo en edades avanzadas. Nuevas reflexiones

En los países occidentales hay
muchos condicionantes sociales, económicos o profesionales que conducen a que
muchas mujeres consoliden su estatus de pareja tardíamente, o que se planteen
la maternidad en solitario a edades avanzadas. Además, cada vez con más
frecuencia nos encontramos con mujeres solas o con pareja que tienen ovocitos o
embriones criopreservados de técnicas de reproducción asistida previas y que
desean emplearlos para conseguir un embarazo.

Los avances en los tratamientos
de reproducción asistida permiten que una mujer pueda mantener su capacidad
reproductiva más allá de su estado menopáusico natural y conseguir el embarazo
a cualquier edad. Son tratamientos técnicamente factibles, con unas tasas de
éxito muy altas y cuya única condición es que exista un útero normal.
Sin embargo, la gestación en
mujeres de edad avanzada sigue siendo controvertida.
No existe ninguna limitación
legal en cuanto a la edad máxima de la mujer que desee someterse a este tipo de
tratamientos pero existe un acuerdo tácito entre todos los profesionales de la
reproducción asistida de nuestro país en no aplicar estas técnicas en mujeres
de más de 50 años ya que sabemos que los embarazos en mujeres de estas edades se
asocian a un mayor riesgo de patologías durante la gestación que comprometen la
salud de la madre y de la descendencia.
Con esta última consideración,
posicionarse de otra forma cuando tu formación es médica y aplicas la máxima
“primum non nocere” resulta complejo. No obstante, cabe plantearse una serie de
reflexiones respecto a este asunto.
En primer lugar, la calidad de
vida y la salud de hombres y mujeres en nuestro país ha mejorado
sustancialmente con el paso de los años. No sólo se trata de aplicar
tratamientos más efectivos para las enfermedades si no de modificar estilos de
vida que condicionan una mayor incidencia de determinadas patologías y, por
tanto, retrasar el momento de aparición de las mismas.
Sí es cierto que mujeres
gestantes con edades superiores a los 50 años tienen más posibilidades de desarrollar
un estado hipertensivo inducido por el embarazo (entre el 25 y 60% de todas
ellas). También es cierto que, conforme aumenta la edad materna, aumenta la
incidencia de diabetes gestacional (1 de cada 5 mujeres) y que el riesgo de
parto mediante cesárea también se incrementa.
Cuando una mujer sana se plantea
la maternidad a una edad avanzada y es informada de las complicaciones que
pueden derivarse de un embarazo, aunque médicamente estemos ante una situación
extrema y ¿aberrante?, ¿estamos moral y éticamente en condiciones de negarle la
gestación?


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